jueves, 26 de junio de 2014

Eyaculación precoz


Es una de las disfunciones sexuales mas difundidas, se calcula que un 30% de la población masculina la sufre de manera crónica y 3/4 partes de los hombres tendrán como mínimo 1 episodio en su vida.  Obviamente afecta la relación de pareja, pues en la mayoría de los casos, y por ser una de las condiciones menos tratadas en consulta profesional. La pareja de un eyaculador precoz interpreta que esto sucede por egoísmo a la hora de la relación sexual y que él solo piensa en su placer y satisfacción. 

Las derivaciones de esta situación comienzan a ejercer un efecto de frustración y en la mayoría de los casos la pareja se siente usada, casi a nivel de un objeto sexual. Sobrevienen los reproches, reclamos y presiones para que el eyaculador precoz encuentre una solución con lo cual se empeora la situación, pues el hombre recurre a remedios caseros y practicas poco efectivas que al fracasar aumentan su ansiedad a la hora del encuentro sexual y como ya sabemos la ansiedad y el estres son enemigos del buen sexo.


La recomendación mas evidente es la de buscar ayuda profesional. La eyaculación precoz no es una condición física, es decir que no existe un problema en los genitales masculinos que produzca la eyaculación precoz. Las causas siempre son psicológicas.

Algunos atribuyen esta enfermedad a la manera como de adolescentes comienzan su vida sexual; una practica muy difundida es que los muchachos a cierta edad son llevados a prostíbulos para ser iniciados en los placeres de la carne. Para un adolescente esto puede ser muy contraproducente, pues en ocasiones se ve presionado para que termine lo mas rápido posible, ademas que el trato que recibe pudiera avergonzarlo y marcar sus futuros contactos sexuales. Otros afirman que, cuando  el joven aprende a masturbarse, generalmente lo va a hacer con rapidez para alcanzar el orgasmo en un breve tiempo ya que esta practica por lo común es vista como obscena, pecaminosa, o depravada y debe realizarse a escondidas y de manera veloz.

Los orígenes realmente no se conocen con exactitud, se sabe tan solo que la angustia y el miedo al fracaso sexual desencadenan  generalmente la falta de control en la eyaculación. Los niños que han sido golpeados por jugar con sus genitales a muy corta edad, pueden ser también, mas susceptibles a las disfunciones sexuales. Sin embargo nada es preciso.

A este punto solo debemos perfilar que debe hacer la pareja para afrontar  esta condición.

Se debe observar la magnitud del problema. Los casos donde el hombre eyacula segundos después de haber hecho la penetración, pero que pueden sostener un preámbulo erótico sin llegar al orgasmo, son menos complicados, pues tan solo con ampliar los juegos eróticos previos a la penetración lo suficiente como para que la pareja pueda llegar al orgasmo primero que él, puede ser un buen comienzo. 

El uso de cremas retardantes y condones que inhiben la  sensibilidad o la masturbación unas horas antes del coito, pueden probarse. Otra forma de control pudiera resultar con los ejercicios Kegel, básicamente consisten en identificar los músculos involucrados en la eyaculación. Esto se logra en un principio cortando intermitente la orina cuando el hombre hace pipi (estos son los mismos músculos que intervienen en la eyaculación). De esta forma se sabe cual es el grupo muscular involucrado, para luego en el carro, en la oficina, o en cualquier lugar o situación, se puedan contraer y relajar estos músculos a manera de entrenamiento y así tomar el control de los mismos de forma consciente cuando se realiza el acto sexual.

La utilización de antidepresivos o calmantes también puede influir en la eyaculación precoz, pero se deben suministrar bajo estricta vigilancia medica. Esto a la larga podría degenerar en un problema de adicción o de efectos colaterales indeseados, con lo cual sustituimos un problema por otro. 

Es bueno tener en cuenta que no se le debe reprochar ni presionar al eyaculador precoz pues esto equivale a reclamarle a un enfermo por estar enfermo. Se le debe conducir sutilmente pero con firmeza hacia la búsqueda de ayuda profesional, y digo sutilmente porque para un hombre no es fácil manifestar abiertamente que es un fracaso en la cama, ni siquiera en consulta; esto les produce vergüenza y frustración.

Si todo lo antes descrito falla, la situación se torna extremadamente delicada, pues ya no se trataría de buscar una cura para el eyaculador precoz. Si no mas bien de buscar la solución al problema de su pareja que es la insatisfacción sexual. Tan complicada se torna, que llegado un punto la mujer debe decidir si continuar así, o cambiar de pareja. Se que suena cruel pero así sucede.





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