Violencia contra la mujer.

El 25 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Un problema que ha sufrido un altísimo porcentaje de mujeres en todo el globo. Es un día muy especial porque de las actividades que se desarrollan durante esta jornada, se lanzan alertas, se educa, se informa y se apoya a los millones de mujeres que de una u otra forma padecen de este mal que no es extraño a ningún país, sector social, raza, credo o posición política.    

• Según la OMS la violencia contra la mujer, especialmente la ejercida por su pareja y la violencia sexual- constituye un grave problema de salud pública y una violación de los derechos humanos.
•  Las cifras recientes de la prevalencia mundial indican que el 35% de las mujeres del mundo han sufrido violencia de pareja o violencia sexual por terceros en algún momento de su vida.
• Por término medio, el 30% de las mujeres que han tenido una relación de pareja refieren haber sufrido alguna forma de violencia física o sexual por parte de su pareja.
• Un 38% de los asesinatos de mujeres que se producen en el mundo son cometidos por su pareja. 
• Estas formas de violencia pueden dar lugar a problemas de salud física, mental, sexual y reproductiva y otros problemas de salud, y aumentar la vulnerabilidad al VIH.
• Entre los factores de riesgo de comisión de actos violentos cabe citar un bajo nivel de instrucción, el hecho de haber sufrido maltrato infantil o haber presenciado escenas de violencia en la familia, el uso nocivo del alcohol, actitudes de aceptación de la violencia y las desigualdades de género.
•  Entre los factores de riesgo de ser víctima de la pareja o de violencia sexual figuran un bajo nivel de instrucción, el hecho de haber presenciado escenas de violencia entre los progenitores, la exposición a maltrato durante la infancia, y actitudes de aceptación de la violencia y las desigualdades de género. 
•  En entornos de ingresos altos, hay ciertos indicios de la eficacia de los programas escolares de prevención de la violencia de pareja (o violencia en el noviazgo) entre los jóvenes.
• En los entornos de ingresos bajos, aparecen como prometedoras otras estrategias de prevención primaria, como la microfinanciación unida a la formación en igualdad de género y las iniciativas comunitarias dirigidas contra la desigualdad de género o tendentes a mejorar la comunicación y las aptitudes para las relaciones interpersonales.
• Las situaciones de conflicto, posconflicto y desplazamiento pueden agravar la violencia y dar lugar a nuevas formas de violencia contra las mujeres.

Son cifras alarmantes, que se tornan más dramáticas con casos como el de Reyhaneh Jabbari, una joven de 27 años,  ejecutada en Irán, tras ser hallada culpable del asesinato de su presunto violador. Este es uno de los casos más impactantes de los últimos tiempos, sin embargo millones de casos de violencia ejercida en contra de las mujeres se materializan cada día. No solo se trata del golpe en la cara, el abuso sexual o de cientos de mujeres desfiguradas con ácido lo que se considera violentar a una mujer; Cosas tan comunes como las vulgaridades que nos vemos obligadas a oír en la calle, una mirada a nuestras partes íntimas de manera descarada  y miles más que pasan desapercibidas, también nos colocan en el renglón de mujeres violentadas, pues aunque se consideren poca cosa trasgreden nuestro derecho de vivir libres de cualquier tipo de acoso.

Por desgracia nuestras sociedades han sido originadas y dominadas por hombres que siempre nos consideraron accesorios domésticos; esclavas que mantenían la casa limpia, parían, criaban a los hijos, mantenían la comida y el lecho calientes y  podían ser usadas o desechadas según los caprichos de su amo y señor. Mucha sangre hemos tenido que derramar para alcanzar algunas libertades y conquistas que lamentablemente todavía yacen en el papel, pero no se materializan en hechos concretos lo suficientemente evidentes como para poder hablar de igualdad de género.

La buena noticia es que las cosas han ido cambiando, no con la velocidad que todas deseamos, pero al menos hoy existe una onda expansiva que me hace ser optimista. Cada vez que una mujer rompe el silencio y denuncia a su maltratador, cada caso de violencia de genero que arroja un castigo para el culpable,  cada madre que se percata de que de ella depende la formación de hijos respetuosos  y en el momento en que cualquiera descubre la diferencia entre macho y hombre, podemos sentir que la igualdad se acerca. Tal vez yo no la veré, pero me siento muy a gusto al pensar que en un futuro, mis nietas, sus hijas, y cualquier mujer del planeta, será respetada y considerada un ser humano con todos sus derechos y obligaciones. No obstante esa igualdad y ese respeto los debemos conquistar con nuestro coraje.